viernes, 3 de abril de 2009

La póstuma "sinfonía" de los nobles

Recuerdo muy bien la imagen de ese cuadro,
como si pudiera revivirla cientos de veces.
En ella, se cristalizaba un momento muy particular,
donde, después de tantas vueltas, después de tantas batallas,
sólo dos personas restábamos en esa contienda.

Aunque había un problema, ya que ahora, mis grandes habilidades para blandir la espada,
aquellas que tiempo atrás habían derramado una cantidad inimaginable de sangre,
eran totalmente inútiles.
No era que careciera de la destreza necesaria, sino que por una extraña razón, mi contrincante era inmune a todos mis ataques.
Es que para mí, era completamente imposible desenvainar mi espada,
y ella bien lo sabía.

En cambio, yo era totalmente vulnerable a su filo,
es más, la carne me lanzaba hacia su sable, ansiando desgarrarse.
Simplemente quería volver a encontrarme con ese espeso líquido,
ya no me importaba a quien perteneciera.

Pero algunos guerreros no quieren ensuciarse las manos “innecesariamente”, y menos las de otros,
prefiriendo retirarse antes de tiempo, con tal de evitar dar esa estocada final.
Y ahí me encontraba yo, frente a su seductora figura,
esperando de una buena vez el desenlace de esta interminable cruzada.

Al final, el rojo tan anhelado brillo por su ausencia,
nuestras manos ni siquiera se involucraron,
salvo para firmar un impúdico pacto,
el cual declaraba el fin del contacto entre las partes.

La paz había llegado de una “buena” vez,
esa que tanto aflige a los héroes;
pues, para los que son dignos de tal expresión,
los honores, la perduración de su nombre en el tiempo, no significan nada.
Ellos, simplemente, buscan ser manchados en medio del combate,
y si es con su sangre,
mejor.

2 comentarios:

Paula_Yates dijo...

Uno sabe que aquellos personajes que son recordados en la historia son aquellos que se entregan a la batalla, no temen perder su vida pero que finalmente salen victoriosos. De todas maneras, existieron muchísimos valientes que no trascendieron por salir ganadores, eso no desestima su valor. No cualquiera esta dispuesto a perder todo aquello que le da comodidad por buscar algo mejor, por perseguir sus sueños. No todos estan dispuestos a soportar una derrota, a tener que juntar cada pedazo y soportar semejante dolor.
Brindo por su valentía caballero, espero tenerla cuando la necesite. Además, a veces uno tiene la suerte de encontrar a alguien que esta dispuesto a ayudarlo a levantarse, no?

Besote

Anónimo dijo...

Mancharse, desgarrarse, desplegarse. Desenvainar es un propósito excitante. Saber quedarse en el lugar cuando la situación lo amerita, también... y dejarse acariciar por el suave, límpido y dulce filo de la espada puede ser un placer, también "mejor".
Que sangre, que duela, que arrastre, y que nos deje tirados, al borde del desastre...
con ganas de más.

Qué dulce agonía la del filo de esa espada en la carne,
y los ojos paralelos de esa figura que enfrenta regocijándose en el borde del abismo, del combate, del desastre.

Que sangre. Que no hay otro modo de sentir.

Que nunca, nunca falte
esa bella
bella
densidad.

Hi, caballero.