viernes, 12 de diciembre de 2008

A Erato

En la noche

Sólo basta un susurro, para que te haga entrega de mis brazos

Esos que muy bien sabes poseer;

Adelante, tómalos

Ya puedo empezar a sentir la calidez


Anda, acepta a éste efímero guerrero

Destrúyeme con tus cantos

Sedúceme con tu baile

Enséñame un poco de esos movimientos

Quiero danzar

¿Puedes sentir estos pasos que voy trazando?


¿Quieres bailar con aquel?

Como no, si no soy el único

Aquí, no hay uno ni dos

Sino todo un salón repleto, esperando su turno


¿Pero sabes con quienes te mueves?

¿O sólo sigues tu propio ritmo?


Ohhh, dulce diosa

Todos se abalanzan sobre ti

Anhelando perderse en tu superficie

Cuanto desean que te les acerques

Pero cuanto más desean ellos acercarse


Otórgales ese bendito elixir

Dales un toque con tu varita

Cambiando los ropajes de esa otra estúpida

Aunque sólo sea por un instante


Por favor

Vístela de seda

Queremos ensoñecernos con su belleza

Déjanos ilusionarnos

Déjanos un zapato al menos

Ya no nos importan las calabazas

lunes, 20 de octubre de 2008

Arrebato de inspiración en una noche de otoño

En una aurora particular, un joven se hallaba meditando. Escribía, escribía sin cesar, como si estuviera poseído por un espíritu, el cual le producía una ensoñación tal que el resto del mundo comenzaba a desvanecerse delante de sus ojos. En ese lugar, en ese preciso instante, ya nada más existía, solo él y su obra. Sus palabras nunca se habían sintonizado de esa manera, fluían sin cesar y él estaba ahí, viajando junto a ellas. Ya no podía detenerse, las ideas le venían como si fueran un aluvión.

En tan sólo un día había escrito un libro entero, y al cabo de terminar aquel, comenzó rápidamente con otro. Y así transcurrió todo su segundo día de arduo trabajo sentado bajo un árbol, junto a su nueva producción. Pasado el tiempo comenzó a percibir que estaba escribiendo en la mismísima tierra, ya se había hecho uno con esa resplandeciente naturaleza. Se sentía tan pleno y tan orgulloso por todo su trabajo, considerándolo la creación más sublime que jamás había realizado en toda su vida.

Hasta que un momento reflexionó: “¿cómo puede ser que yo haya escrito dos libros en tan sólo dos días, cuando habitualmente como mucho puedo escribir a penas un par de hojas?” Y en ese instante bajo la mirada nuevamente sobre su obra y solo encontró unas cuantas piedras desparramadas por la tierra. No podía entenderlo, ¿acaso se había pasado todo el día moviendo ese reducido número de piedras? ¿Eso era todo lo que había hecho en ese día? No, no puede ser, exclamaba el joven.

Dentro de su estado de profunda confusión, recordó el cuaderno que había escrito anteriormente, acudió a él, pero no lo encontraba. Lo buscó desesperadamente, insistía en que él lo había escrito, tenía q estar allí.... y allí estaba, sólo q no podía verlo. Cuando lo abrió solo encontró montones de grafismos arcaicos, y fue pasando las hojas, una por una, cada vez con más velocidad mientras decía: "No puede ser, ¿esta fue mi gran obra, cómo puede ser, estuve todo el día para escribir estas rayas?"

Y ahí fue cuando pensó: “¿acaso me he vuelto loco?, yo creía que este había sido un momento cumbre y en realidad solo estaba moviendo un par de piedritas, ¿acaso he perdido el juicio?”

De repente, su mujer se le acercó, notando su desesperación. Él intentaba de explicarle lo sucedido, pero en ese momento notó que le pesaba la cara, no la sentía, se hallaba paralizada. No podía decirle nada, no podía modular palabra alguna. Su espíritu insistía una y otra vez en explicarle que era lo que le estaba sucediendo. No había caso, sólo meros esbozos de palabras extrañas y desarticuladas afloraban de su boca, tornando todo tan lento que era indiscernible. Cualquier intento de expresar lo que sentía ya era inútil.

Frustrado, alzó la vista para reposarla sobre el espejo, y su espíritu se retorció del espanto al ver su deformado rostro, totalmente carente de facción alguna. Nuevamente se preguntaba “¿qué me pasa?, ¿estoy perdiendo la razón?”, se sentía muy impotente.

“Yo que me creía una persona cuerda… al final tenían razón, era cierto que yo estaba loco, como no pude verlo antes, y es recién el día de hoy que puedo darme cuenta, una vez que ya ha estallado.

Ya no tengo control sobre mí, por más de que lo intente y me esfuerce, no hay caso, mi cuerpo no responde, y tampoco se por cuanto tiempo más pueda seguir pensando en ello. A donde irán a parar todos mis anhelos, mis deseos; las pocas ilusiones que aún persistían se están yendo por la borda en este preciso momento. Al final, sólo soy un mero ser patético.”


Una vez más la razón se hizo presente, convirtiendo hasta el sueño más hermoso, en la más terrible pesadilla. Esa cosa que suelen llamar razón, ¿cuánta razón parece tener al final no?

Cuanto ganamos cuando la perdemos, y cuanto perdemos cuando nos percatamos de ello.

viernes, 9 de mayo de 2008

Sísifo

Así qué lo sublime se encuentra en lo estúpido?
Justo ahí es donde el anticristo vuelve a ser resignificado?


Pero de aquello parece tratarse no? (como si pudiera serlo de algo)
De la afirmación en la propia negación
De las paradojas del pensamiento
De la des-triangulación


Los puntos no me sientan
No tengo lugar en ellos
Y en ese propio trayecto me pierdo
En donde esa pérdida pareciera ser lo más cercano a un “encuentro”


Por mis lugares conocidos
Cuesta sentarse en los bancos
Siempre con tres patas
Como me aburren
Como aburro


Pero creer en que falta algo sería caer nuevamente con ellos
Qué es lo que falta?
Como si alguna vez hubiera habido algo
Sólo de mitos parecemos vivir los hombres


Sigamos empujando la piedra una y otra vez
La interpretación queda a su discreción
Como siempre…
Acaso es un castigo?

miércoles, 23 de abril de 2008

Meta-Poesía

Sorprender, todo se trata de la luna, las estrellas, el mar.

Queremos versear, pero ¿cuál es la tierra que avistamos?, aquí la balsa parece ser indispensable.

Retroacción, triangulación, eso es lo que se pretende. Usamos líneas, atajos, pero solo para formar esa barcaza, esa que siempre esta a medio hundir. Malditas bermudas.

Darle un golpe a la palabra, todo apunta a ello, a esos versos que tanto nos seducen, anhelando conectar con esa tierra prometida, con ese continente perdido.

Maldita analogía ¿Acaso todo esto no será más que una persistente repetición? La historia ha hablado una vez más. Parece que es hora de ponerse los pantalones.

domingo, 13 de abril de 2008

Triangulación

Las palabras tienen tantos usos, tantas formas, tantas tonalidades, que parecen hasta un punto inagotables.

A veces pensamos en su estructura, en su sistema, pero porque no vemos su gran multiplicación.

Concebimos líneas, círculos, triángulos, cuadrados, todo ello es habitual en esta osadía. Pero ¿queda lugar para el relleno, o es que a esas figuras ya no les queda más espacio?

Parece haber otros terrenos, no todo es puro clasicismo geométrico. Es extraño como el pensamiento puede desconectarse tanto de lo que nos rodea; maldita abstracción, maldita simplificación.

Por eso intento de seguir este camino, el que pretende observar lo más grande en lo más pequeño, lo más distante en lo más cercano. Porque al final de cuentas se mira tanto sobre si, que del mundo ya no queda nada, solo una mera representación.

Comienzo con una línea, para delimitar un círculo, y una vez que repito la operación unas cuantas veces, un cuadrado comienza a emerger. El cuadrado empieza a ser aplicado, pero para pasar desapercibido, debe adoptar otra forma, porque nosotros ya sabemos, él es muy obvio y odiado por nuestra imaginación. Y ahí es cuando llegamos al triangulo, que por alguna extraña razón es un tanto seductor para nuestro intelecto.

Sólo los prejuicios nos hacen llegar hasta ahí, la gran invención de todas las generaciones, el triangulo como el modo más elevado de estar en el mundo. Es allí donde todo parece tener armonía, y en donde se comienzan a vislumbrar elementos que no pertenecen a él. Se le pide mucho al triángulo; el pobre tiene 180 grados, con eso ni un giro se puede dar, como mucho se logrará poner todo patas para arriba.

La matemática nos abre el camino a tantas posibilidades, pero a la vez nos cierra muchas otras. El triangulo, el triangulo como el único, esgrimen unos tantos. Otros más astutos dan un paso más y comienzan a darle cierto relieve, pero siempre dentro de las paredes.

Hay base, hay puntas, pero las líneas no son lo único que hay. Los modos de trazar pueden ser tan diversos, que no es necesario producir una lógica anticipada, una tal que todo pueda desprenderse de sus primeros enunciados.

El triangulo comienza a expandirse cada vez más, las líneas se estiran al punto tal de volverse irreconocibles, la figura comienza a desvanecerse; pero esa “desaparición” sólo connota su expansión. Por eso es que lo más arraigado en la tierra suele pasar tan desapercibido.

Ya se ha dicho antes, en esto de la escritura no hay modelo, no hay triangulaciones que valga. Todo se trata del contacto, que es tan sinuoso, que puede llegar a transitar tantos caminos, que ni el mismo poeta podría apreciar. La obra se construye en quien la lee, no en el que la escribe, la obra es el conjunto de todas aquellas sensaciones que llegan a los que se la tatúan, a los que permiten que los quemen, a los que dejan quemarse con su propia sangre.

Para ustedes escribo desangrados, en un intento de construir la forma de llegar hasta mi mismísima palidez. El escritor se hace lector.

El circulo le habla sin parar al cuadrado, el cuadrado le habla sobre valores al triángulo, el triangulo pretende reconciliar las figuras pidiendo ayuda a eso que no puede ver. ¿Y eso qué puede responder? si allí no hay nada, al menos mientras sean figuras las que quieran entrar en contacto.

lunes, 25 de febrero de 2008

Sinestesia

09/11/07


El color me habla una vez más

Anhelando nuevamente mi fragancia

No quiere que lo cierre de un portazo

Él sólo desea ser adorado

Quiere que admire su energía

Formando algún que otro trazo

Al mismo tiempo que los voy desfigurando


Él me engaña

Su aroma me atrapa cuando se asoma

Sus líneas me contorsionan

Desarmonizan mi melodía


El valor se desliza

Mis impresiones se borran de la pizarra

La imagen que se va formando lo distorsiona todo


Mi cuerpo ya no lo aguanta

Ni se de lo que estoy hablando

¿Qué cosa será?

¿Qué modalidad ocultará?

¿Qué palabra sustituirá?


Apolo y Dionisio se entremezclan

Y a la vez se confunden

Otras Diosas aparecen también

Pero no logro distinguirlas


Todas me embriagan

Me seducen

Me prometen una buena noche


Yo no puedo resistirme

La vida es corta

Las quiero todas

Pero que revuelto que queda todo cuando uno mezcla colores

Sólo esperemos que no se termine formando un negro