miércoles, 23 de abril de 2008

Meta-Poesía

Sorprender, todo se trata de la luna, las estrellas, el mar.

Queremos versear, pero ¿cuál es la tierra que avistamos?, aquí la balsa parece ser indispensable.

Retroacción, triangulación, eso es lo que se pretende. Usamos líneas, atajos, pero solo para formar esa barcaza, esa que siempre esta a medio hundir. Malditas bermudas.

Darle un golpe a la palabra, todo apunta a ello, a esos versos que tanto nos seducen, anhelando conectar con esa tierra prometida, con ese continente perdido.

Maldita analogía ¿Acaso todo esto no será más que una persistente repetición? La historia ha hablado una vez más. Parece que es hora de ponerse los pantalones.

7 comentarios:

Ble Pez dijo...

"cambia la meta y meta cambiar..."

cual bola de ruleta, gira y gira, a ver dónde atisba aquella inspiración loca que te hace sopesar sobre la poesía y el acto creador, arte filósofico.
casi en equilibrio inestable.

Mua

Agustín dijo...

Sos un careta.

Ble Pez dijo...

jajajajajajajajaja

Nameless dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Nicolás dijo...

siempre hay algo que no se puede, no se deja decir, y no se rinde jamás en querer ser dicho.

Anónimo dijo...

Y si pudiéramos decir todo-todo, si pudiésemos hacerlo, si tuviéramos esa capacidad, ¿No deberíamos morir precisamente en ese preciso (precioso) instante?

No sé cuál continente perdido, yo no LO sé. Estoy acá. Atajos desde una barcaza que se hunde y va, estoy acá. Barcazas que se hunden y van: estamos. Y verseamos y avistamos, pero ¿qué? Tienes razón: ¿Cómo definir aquello que aún no vemos? ¿Y aquello que ya no vemos pero tenemos, pero somos, encarnamos apenas sostenidos en la balsa que es en el mar, no sin él? ¿Qué diablos es “una” balsa? ¿Qué creo que soy? ¿Ser uno?
Adoro “darle un golpe a la palabra”, muchos, muchos, para desentrañar lo que esconde, lo que mezquina, lo que enmascara.
Pero acaso ¿no nos es placentero quitarle un milímetro más de algo que nos parece un sentido que estaba “oculto”? Nos quedan ellas, las palabras. A nosotros las palabras. Y tenemos el cuerpo primero. El-cuerpo-primero… yo lo quiero. Con todas sus palabras y atravesadas.
Sorprender…
La sorpresa es lo increíble para nosotros, y (que) jugamos con la palabra para sabernos.
Amamos la sorpresa.
Para “terminar”, Jim (Morrison):

“Buscamos algo que ya nos ha encontrado”
Pero (y, por eso) amamos la sorpresa...
Benditas Bermudas. Tengo mis pantalones puestos (al menos hoy)

Nameless dijo...

Siempre es interesante cuando en base a unas simples palabras, pueden emerger tantas otras.


Al final, el golpe lo recibimos nosotros, pero termina siendo una sorpresa tan grata.