viernes, 2 de febrero de 2007

Just another two...

09/01/07
A donde me llevaran estas palabras, nunca lo se, dejemos que ellas hablen por si mismas, como si fuera poseído por un espíritu, por el espíritu de esta extraña música que tanto me gusta escuchar, ya veremos hasta que horizontes me transporta, no creo que sea una meditación de largo vuelo esta vez.

Empezamos otra vez en esto que eh dado en llamar mi texto del día, que vendría a ser como un diario pero en el cual escribo lo que se me ocurra en el momento, ya que puede ser tanto algo sentimental e intimo como preguntas netamente filosóficas, preguntándome por las cosas mas elementales y primeros principios. Tengo que dejar de dar vueltas me mando una introducción pero al final no hablo de nada, buen comencemos con algo que acabo de leer y que me inquieta como tantas cosas: el ser humano y su falta de individualidad.

Es increíble ver el efecto que tiene la presión social sobre el individuo, como lo moldea, como lo controla. Recién estaba leyendo sobre la gran cantidad de jóvenes que consumen drogas, las cifras de verdad asustan, ¿cómo puede ser que tantas personas pongan en riesgo su salud de esa manera?, buen primero hay que hacer un punto a parte y analizar otra cosa. Esta bien que las drogas hacen mal, todos lo sabemos, muchos las consumen y poco les importa los efectos contraproducentes, o simplemente su impulso por consumirlas es mucho más fuerte que su fuerza de voluntad.

Pero que pasa con todas aquellas drogas que por ahí no son tan nocivas como la cocaína o la marihuana, pero que no se quedan atrás. Hablo de la nicotina, de la cafeína, y de todos esos psicotrópicos bien vistos por la sociedad, o simplemente aceptadas como un mal menor, ¿qué pasa con eso?, ¿acaso las personas no toman conciencia de que esas sustancias también son perjudiciales para la salud y adictivas?, claro que no, como siempre la sociedad es la que controla el individuo y mientas esta no vea nada malo en ella, el individuo seguirá al rebaño. Es increíble, casi la mitad de las personas en este país fuman regularmente, ¿cómo puede ser eso posible? No puedo entenderlo, buen en realidad lo entiendo, pero cuando me pongo a pensar fríamente los números me da miedo, como pueden consumir algo que les va a quitar 20 años de vida, en la cual van a gastar durante toda su vida suficiente dinero como para comprarse un departamento, ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Para qué? Para una mera sensación placentera, efímera, falsa.

Sociedad, ¿por qué eres tan mala?, ¿por qué eres tan egoísta?, ¿por qué eres tan vanidosa?, ¿te gusta sentirte superior no? ¿Te gusta mofarte de tu rebaño no? ¿Te gusta jugar con él, manipularlo como quieras?. Maldita, eres como un padre autoritario, sediento de poder, de control, el cual nunca permitiría que ninguno de sus hijos se fuera de sus dominios, sino que quieres que sigan dependiendo de ti, adorándote incondicionalmente por el resto de sus vidas, ¿por qué razón? ¿Por el simple de hecho de haberles dado la vida?, por favor.

Déjalos, déjalos ir, dales libertad, verdadera libertad, para que puedan expresarse, para que puedan formarse, para que puedan conseguir una identidad propia, más allá de todos los estereotipos, más allá de todas las frases hechas, más allá de todos los cánones impuestos por ti. Ya basta, déjalos.

Pero no, tu vanidad nunca te lo permitiría, ¿o acaso me equivoco?, nunca dejarías que eso pasara, te gusta que sean borreguitos y haces tan pero tan bien tu trabajo que a ellos mismos les gusta serlo, hasta el punto que ni siquiera se percatan de ello, hasta el punto que creen que son libres, cuando en realidad nunca dejan de estar bajo tu control, controlándose durante el resto de su vida como si estuvieras detrás de ellos, como una sombra que los seguirá sin descanso por el resto de sus vidas.

Igual no puedo culparte sólo a ti, porque tu misma fuiste y tomaste forma gracias a tus hijos, que te veneran incondicionalmente como si fueras un dios todopoderoso, que nunca puede equivocarse. Malditos hijos, débiles, necesitados de contención, necesitados de una figura paterna que les diga que hacer por el resto de sus vidas, que asco me dan. ¿Por qué? ¿Por qué le tienen miedo al desamparo, a la incertidumbre, a lo desconocido? ¿Por qué? ¿Por qué le escapan a su realidad interior, tanto miedo les da? ¿Tanto le temen a la angustia? ¿Tan poco la toleran? ¿Tan poco toleran la falta, la frustración?

No lo entienden, las cosas no son color de rosas, pero no por ello debemos tapar nuestros problemas, ya sean con cosas materiales, con sistemas de creencias fundamentalistas, con un grupo de pertenencia, ni siquiera con drogas, con narcóticos que nos hagan olvidar nuestras penas.

No lo ven, no ven como todas esas cosas los limitan, ¿no ven lo mal que eso les hace?, ¿no ven como pierden su libertad?, ya sea dependiendo de las drogas, del dinero, de dios, ¿no ven como esas cosas los hacen esclavos?, ¿no ven como atrofian su evolución?, ¿no ven hasta que punto llevan a su persona y a su cuerpo con tal de evitar la angustia?, ¿no ven el mal que se hacen a ustedes mismos?. Las drogas son solo un ejemplo visible que tome para desarrollar esta idea, en donde las personas empiezan a consumirlas para pertenecer al grupo de pertenencia, o por ahí solo como una forma de escapar de su angustia, de olvidarse por un momento de su tortuosa existencia, obteniendo un inmediato y pequeño placer a cambio de un mal mucho mayor en el futuro, ya que cuando menos se dan cuenta, su vida empieza a dar vueltas en torno a esta. Por supuesto que esto no va sólo para las drogas sino que también para gran parte de las cosas que mencioné más arriba.

Malditos hijos despierten, quítensen esas cadenas que ustedes mismos se han puesto, arriésguensen, vayan más allá, no intenten de escapar de su angustia, de sus temores, de sus males, acéptenlos como parte de ustedes, no tienen nada de malo, aprovéchenlos, nútranse de ellos, aprendan de las oscuridades de su ser (ser de nuevo ja), es la única forma de evolucionar, de aprender, de pensar por si mismos, de formar una identidad. Sino volverán a caer, a caer en ese opio que proporciona de tantas maneras este peculiar y autoritario padre llamado sociedad. No se sometan, vuelen, abandonen ese nido, usen sus alas.

¿Es tan difícil?, ¿tan difícil es ver todas las cosas hermosas que nos proporciona la vida?, ¿por qué pierden el tiempo en la dirección contraria?, no escapen a la vida, rían, lloren, asómbrensen, sufran, dejen conmoverse por la infinita belleza que hay en el mundo, por el misterioso mundo interior que se encuentra dentro de ustedes, no intenten cubrirlo, descúbranlo, escarben hasta en su más ínfimo rincón. Sincerensen, ríanse hasta de ustedes mismos, tiren abajo todo ese muro ilusorio de seguridad que han construido, que importa si hay cosas que no les gusta de ustedes o los hacen sentir mal, no hay nada de que avergonzarse, nada es tan grave. Uno no puede ganar si le tiene miedo a la derrota. Si algo aprendí a lo largo de la vida es que un buen jugador no es aquel que nunca pierde, sino aquel que sabe perder, que no le importa perder, que toma a la derrota como parte del juego, pero que no por ello baja los brazos, sino que todo lo contrario, nunca quitara sus ojos de la victoria, intentara obtenerla una y otra vez, sin importar cuanto tiempo le lleve, y nunca nadie podrá apagar el fuego que se ha encendido en sus ojos hasta que consiga su meta.

Estas son las palabras de un pobre joven, intentando liberarse de sus cadenas, pero bien sabe que sigue siendo un pequeño borreguito, rebelde, transgresor tal vez, pero encadenado al fin y al cabo. Por lo que me queda preguntarme si alguna vez podré dejar el nido, ¿acaso será posible? Y si es posible ¿Podré hacerlo? ¿Podré liberarme de todas estas trabas, de todas las cosas de las que dependo?, ¿Podré sacarme de encima todas las patrañas que me ha enseñado esta sociedad? No lo se, no tengo la respuesta (como tantas cosas), pero de algo estoy seguro, si no lo logro, moriré en el intento, siempre luchando, la voluntad y el espíritu es lo último que se pierde, solo esperemos que esta última frase no sea una de las tantas patrañas que rondan por ahí.



-Padre, maldito padre, porque me lastimas de esta manera, ¿acaso no puedes ver lo que yo quiero? Uno no cría a sus hijos para tenerlos en una jaula. Déjalos volar, deja que te superen, haz a un lado tu orgullo y deja paso a la evolución, es inevitable, tu no podrás retenerme por mucho tiempo…


-Déjame sombra, aléjate de mi, ya no te quiero, no te necesito.

No hay comentarios: